Cada 25 de agosto se festeja el Día del Peluquero. Un oficio a cargo de profesionales que no se dedican únicamente al arreglo del cabello, sino también a crear belleza. A la vez que se conmemora este día, se pone en valor el trabajo de un montón de profesionales. Durante la jornada, se ofrecen servicios y ofertas especiales a la clientela, además de organizar talleres y formaciones donde se tratan nuevas técnicas y tendencias en peinados, productos, etc…

La evolución y adaptación al paso del tiempo ha sido una de las constantes del sector de la peluquería, profesión de la que existe constancia en civilizaciones antiguas, romanas y griegas. Sin embargo, la elección de esta onomástica se remonta al siglo XVIII. Se cuenta que en la Francia del siglo XVIII, un peluquero realizó un gran trabajo de peinado y composición en una peluca, siendo nombrado Caballero, posteriormente, por Luis XV de la Corte francesa. Dicha coronación tuvo lugar el 25 de agosto. Este acto fue muy comentado en otros lugares y con el tiempo se estableció esa fecha como un día de reconocimiento a los peluqueros. Durante el ‘Día Mundial del Peluquero Peinador‘, en algunos países se realizan competiciones para premiar a los mejores peluqueros participantes.

Los primeros peluqueros profesionales no se empezaron a popularizar hasta el siglo XIX. En un principio, estos peluqueros trabajaban a domicilio, algo que no se ha perdido del todo en la actualidad. La mayoría se habían especializado en peinados y cortes femeninos. Por su parte, el barbero era el encargado de afeitar y cortar el pelo de barbas, bigotes, patillas y cabello masculino.

Este viaje histórico por el pasado de la profesión culmina en los salones actuales, establecimientos que incorporan nuevos servicios de peluquería y de estética y belleza. Los salones se convierte en locales polivalentes, dinámicos y rentables. Buenas noticias para todos los que se dedican a esta profesión tan artística y creativa.